¡Salud camaradas!
Dos historias sobre los achaques de la edad.
Las que envejecen son las mujeres:
Dos ancianos, hablando sobre el envejecimiento, y uno le dice al otro:
- La peor parte se la llevan nuestras mujeres, y además ellas se niegan a admitir que envejecen y tratan siempre de esconder sus achaques.
-Tienes mucha razón, pero he encontrado un buen truco para hacerles ver sus discapacidades a través de un sencillo juego: Así, si quieres saber si tu mujer empieza a quedarse sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta. Después, cuando veas que no te responde, acércate a 5 metros. Después a 2 metros, y después a 1 metro. Y entonces no le quedará más remedio que darse cuenta que está sorda.
El anciano encuentra que la idea es muy buena y cuando vuelve a casa se coloca a 10 metros de su mujer y le pregunta con voz fuerte:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. Entonces se acerca a 5 metros y le pregunta de nuevo:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta, por lo que se acerca a 2 metros y le pregunta:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. El tipo totalmente asombrado, se aproxima a 1 metro y grita:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
Su mujer se gira y le dice, con cara de exasperación:
- TE LO DIGO POR CUARTA VEZ, ¡¡¡POLLO CON PATATAS FRITAS!!!
El anciano sabio:
Iba un anciano por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz. Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:
- Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor. La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero sí me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir.
El anciano levanta la rana y se la echa en el bolsillo.
Asoma la ranita la cabeza y le pregunta muy desconcertada:
- ¿Qué? ¿No me vas a besar?
- ¡No!, respondió el anciano. A mi edad es más divertido tener una rana que habla, que una hija puta, loca maniática sexual .
Que conste que lo de la vejez no es una indirecta para nadie, ¡ojo!. Que somos todos muy jóvenes ...
¡Que os vaya bonito!
El hoyero
Dos historias sobre los achaques de la edad.
Las que envejecen son las mujeres:
Dos ancianos, hablando sobre el envejecimiento, y uno le dice al otro:
- La peor parte se la llevan nuestras mujeres, y además ellas se niegan a admitir que envejecen y tratan siempre de esconder sus achaques.
-Tienes mucha razón, pero he encontrado un buen truco para hacerles ver sus discapacidades a través de un sencillo juego: Así, si quieres saber si tu mujer empieza a quedarse sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta. Después, cuando veas que no te responde, acércate a 5 metros. Después a 2 metros, y después a 1 metro. Y entonces no le quedará más remedio que darse cuenta que está sorda.
El anciano encuentra que la idea es muy buena y cuando vuelve a casa se coloca a 10 metros de su mujer y le pregunta con voz fuerte:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. Entonces se acerca a 5 metros y le pregunta de nuevo:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta, por lo que se acerca a 2 metros y le pregunta:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. El tipo totalmente asombrado, se aproxima a 1 metro y grita:
-Cariño, ¿qué hay de cena?
Su mujer se gira y le dice, con cara de exasperación:
- TE LO DIGO POR CUARTA VEZ, ¡¡¡POLLO CON PATATAS FRITAS!!!
El anciano sabio:
Iba un anciano por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz. Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:
- Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor. La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero sí me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir.
El anciano levanta la rana y se la echa en el bolsillo.
Asoma la ranita la cabeza y le pregunta muy desconcertada:
- ¿Qué? ¿No me vas a besar?
- ¡No!, respondió el anciano. A mi edad es más divertido tener una rana que habla, que una hija puta, loca maniática sexual .
Que conste que lo de la vejez no es una indirecta para nadie, ¡ojo!. Que somos todos muy jóvenes ...
¡Que os vaya bonito!
El hoyero
SCANER QUE SEPAS QUE NO ESTAS SOLO, QUE YO TE LEO,
ResponderEliminarANIMO Y SIGUE IGUAL DE CACHONDO JOYERO
Scaner:
ResponderEliminarYa me quedo más tranquilo.
A ver cuando quedamos y me cuentas tus batallas del Camino ... seguro que sale algo para poner en el joyero.
Agur !!!
Xabier
Yo también te leo !!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarOlatzita