Hola, gente.
He leído una historia que me parece divertida y que, además, puede que a alguno le convenga conocerla.
Es el timo del alargador de pene.
Resulta que debe haber por ahí una oferta de un aparato para alargar el pene, que no se puede resistir.
Juega con el complejo que tienen muchos hombres y ofrece un sistema tan infalible que, si no te quedas conforme, te devuelven el dinero. Además el envío es totalmente discreto y el precio es aceptable.
Resulta que alguien hizo el pedido y a los pocos días le llegó un paquete muy discretito conteniendo tan preciado instrumento.
Despúes de darle muchas vueltas - no había instrucciones de 'montaje' - consiguió 'instalárselo'.
Aquello no era nada cómodo. Tenía que utilizar pantalones ámplios, pues el aparato puesto en el 'aparato' abultaba bastante.
Pasó varias semanas resistiendo el suplicio - ¡todo sea por conseguir un buen resultado! - pero aquello no crecía ni un milímetro. Se lo controlaba con la regla y los resultados estaban clarísimos: no había resultados.
Cuando se decidió a devolver el milagroso artilugio, pensó que entonces vendría el timo y que no le devolverían el dinero ... Lo que hubiéramos pensado cualquiera de nosotros, vamos.
Pero no - ¡hombres y mujeres de poca fé! - a los pocos días le llegó un abonaré nominativo por el importe que había pagado él, incluyendo los gastos de envío, que había que cobrar en un conocido banco.
Se dispuso a pasar por el banco para cobrar el abonaré y, según iba de camino, se vio asaltado por un tremendo mosqueo, un resquemor, un sumsum, un no se que ...
Sacó el papelito, lo leyó detenidamente y ahí estaba: en el concepto del cheque ponía 'Devolución de importe de alargador de pene'.
Así es que pensó: bueno tampoco es tanto dinero, total tener que ir hasta allí para cobrar esta 'miseria', ...
Queridos amiguitos ahí estaba el timo.
Si la oferta jugaba con los complejos masculinos, el timo se basaba en el orgullo de los machitos.
¡Que cabrones!, ¡con esas cosas no se juega!
Aio y que conste que yo esto lo conozco de oídas, ¡eh!.
Bitxigileak
He leído una historia que me parece divertida y que, además, puede que a alguno le convenga conocerla.
Es el timo del alargador de pene.
Resulta que debe haber por ahí una oferta de un aparato para alargar el pene, que no se puede resistir.
Juega con el complejo que tienen muchos hombres y ofrece un sistema tan infalible que, si no te quedas conforme, te devuelven el dinero. Además el envío es totalmente discreto y el precio es aceptable.
Resulta que alguien hizo el pedido y a los pocos días le llegó un paquete muy discretito conteniendo tan preciado instrumento.
Despúes de darle muchas vueltas - no había instrucciones de 'montaje' - consiguió 'instalárselo'.
Aquello no era nada cómodo. Tenía que utilizar pantalones ámplios, pues el aparato puesto en el 'aparato' abultaba bastante.
Pasó varias semanas resistiendo el suplicio - ¡todo sea por conseguir un buen resultado! - pero aquello no crecía ni un milímetro. Se lo controlaba con la regla y los resultados estaban clarísimos: no había resultados.
Cuando se decidió a devolver el milagroso artilugio, pensó que entonces vendría el timo y que no le devolverían el dinero ... Lo que hubiéramos pensado cualquiera de nosotros, vamos.
Pero no - ¡hombres y mujeres de poca fé! - a los pocos días le llegó un abonaré nominativo por el importe que había pagado él, incluyendo los gastos de envío, que había que cobrar en un conocido banco.
Se dispuso a pasar por el banco para cobrar el abonaré y, según iba de camino, se vio asaltado por un tremendo mosqueo, un resquemor, un sumsum, un no se que ...
Sacó el papelito, lo leyó detenidamente y ahí estaba: en el concepto del cheque ponía 'Devolución de importe de alargador de pene'.
Así es que pensó: bueno tampoco es tanto dinero, total tener que ir hasta allí para cobrar esta 'miseria', ...
Queridos amiguitos ahí estaba el timo.
Si la oferta jugaba con los complejos masculinos, el timo se basaba en el orgullo de los machitos.
¡Que cabrones!, ¡con esas cosas no se juega!
Aio y que conste que yo esto lo conozco de oídas, ¡eh!.
Bitxigileak
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario